viernes, 13 de febrero de 2009

Falsos tabúes

Entre las mayores falsedades que se plantean acerca de la homosexualidad está el considerarla una enfermedad; afotunadamente no sólo no lo es, sino que no hay por qué hacer nada para "curarla". La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido con total claridad que cualquier iniciativa que se disponga para combatir o eliminar la homosexualidad simpre consigue resultados perjudiciales y negativos.
Pero no es la única mentira, pues la homosexualidad ha estado invariablemente rodeada de mitos y falacias acerca de su origen. Uno de ellos es llegar a pensar que alguien llega a ser gay porque en la infancia ha compartido juegos eróticos con un compañero de escuela del mismo sexo; no son los juegos infantiles o adolescentes los que marcan su orientación.
El desconocimiento, los temores al "contagio" y las ideas que desvalorizan la homosexualidad también han hecho circular leyendas sólo aparentemente positivas, como las que sostienen que los homosexuales son más afectivos, más sensibles o que decoran sus casas y se visten con muy buen gusto y son más elegantes.
Pero indudablemente hay algo de cierto en destacar la mayor afectividad de los gays. Es un hecho que ellos la expresan porque no tienen miedo a ser cuestionados, mientras que el hombre heterosexual no se permite ser expresivo, porque según las pautas sociales ellos pondrían en tela de juicio su masculinidad.
Oveja negra.
Artículo extraído del libro "Kamasutra Gay".

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